Recuerdo aquellos veranos en el campo, cuando felizmente me comía un polo Flash, de esos que chupabas y al final se te quedaba el pedazo de hielo... qué ricos. Los de fresa y cola eran mis preferidos xD
Era feliz, hasta que un día mi primo (el que no es de campo) llegó y me dijo que qué hacía comiéndome eso, que tenía un montón de ingredientes en su composición que eran cancerígenos... como también pasaba con la coca-cola. Solo tenía que leer todos los E-nosequénosecuantos que venían en los ingredientes, sobre todo el E-330 que era malo malísimo... oh my God!
¿Qué hacer entonces? ¿Correr el riesgo? Creo que por aquellos entonces yo solo sabía que el cáncer era algo malo, nada más.
Hay mucha gente que realmente tiene pánico a los aditivos alimentarios. Solo hay que echar un vistazo por google. En cierto modo sí es cierto que se han dado casos de alergias, asmas, problemas digestivos, etc., por la ingesta de ciertos aditivos presentes en los alimentos. Sin embargo, en la actualidad existe un gran control sobre aquello que los fabricantes pueden incluir en sus productos y lo que no.
Por ley, se requiere que un aditivo sea aprobado antes de que salga al mercado, y la FDA (US Food and Drug Administration) se encarga de realizar una determinación por la que el aditivo será rechazado o será reconocido como GRAS (Generally Recognized As Safe) y podrá ser utilizado en la industria alimentaria.
Los conservantes se utilizan con el fin de matar, prevenir o retardar el crecimiento de virus, hongos, bacterias y esporas, controlando bajos niveles de contaminación. Los conservantes utilizados en alimentación no deben afectar a la calidad del alimento ni perder actividad por interacción con otros componentes. Deben ser estables durante el tiempo de almacenamiento, económicos y fáciles de obtener, efectivos a baja concentración y no deben enmascarar defectos del alimento, entre otras características. Pero sobre todo y lo más importante, es que deben ser seguros para la salud.
Atendiendo a estos preceptos, un conservante no tiene por qué ser perjudicial para la salud, pues un amplio y cualificado equipo científico se encarga de someterlo a estudios toxicológicos. Las conclusiones a las que puede llegar este comité científico (Select Committee on GRAS Substances o SCOGS) son las siguientes:
Era feliz, hasta que un día mi primo (el que no es de campo) llegó y me dijo que qué hacía comiéndome eso, que tenía un montón de ingredientes en su composición que eran cancerígenos... como también pasaba con la coca-cola. Solo tenía que leer todos los E-nosequénosecuantos que venían en los ingredientes, sobre todo el E-330 que era malo malísimo... oh my God!
¿Qué hacer entonces? ¿Correr el riesgo? Creo que por aquellos entonces yo solo sabía que el cáncer era algo malo, nada más.
Hay mucha gente que realmente tiene pánico a los aditivos alimentarios. Solo hay que echar un vistazo por google. En cierto modo sí es cierto que se han dado casos de alergias, asmas, problemas digestivos, etc., por la ingesta de ciertos aditivos presentes en los alimentos. Sin embargo, en la actualidad existe un gran control sobre aquello que los fabricantes pueden incluir en sus productos y lo que no.
Por ley, se requiere que un aditivo sea aprobado antes de que salga al mercado, y la FDA (US Food and Drug Administration) se encarga de realizar una determinación por la que el aditivo será rechazado o será reconocido como GRAS (Generally Recognized As Safe) y podrá ser utilizado en la industria alimentaria.
Los conservantes se utilizan con el fin de matar, prevenir o retardar el crecimiento de virus, hongos, bacterias y esporas, controlando bajos niveles de contaminación. Los conservantes utilizados en alimentación no deben afectar a la calidad del alimento ni perder actividad por interacción con otros componentes. Deben ser estables durante el tiempo de almacenamiento, económicos y fáciles de obtener, efectivos a baja concentración y no deben enmascarar defectos del alimento, entre otras características. Pero sobre todo y lo más importante, es que deben ser seguros para la salud.
Atendiendo a estos preceptos, un conservante no tiene por qué ser perjudicial para la salud, pues un amplio y cualificado equipo científico se encarga de someterlo a estudios toxicológicos. Las conclusiones a las que puede llegar este comité científico (Select Committee on GRAS Substances o SCOGS) son las siguientes:
Como podemos ver, lo más deseable es que un aditivo se encuentre en la categoría 1, estando éste reconocido como inócuo, aunque también nos podemos encontrar en la situación en la que no se sabe si el aditivo tiene efectos dañinos en el consumidor.
La FDA exige que se incluya en el etiquetado del producto el listado con todos los ingredientes que lo componen. Podemos acceder a la base de datos del SCOGS, donde podemos ver un listado que incluye el nombre de la sustancia y la conclusión (1,2,3,4 o 5). Si por curiosidad accedemos al ácido cítrico podemos ver que se encuentra bajo la categoría 1...
Por tanto... ¿por qué tener miedo? También existen conservantes naturales en la gran mayoría de alimentos, como es el ácido cítrico en la fruta. Así, si el E-330 que viene en los polos es ácido cítrico... ¿el ácido cítrico es cancerígeno? Creo que la respuesta es bastante obvia.
Caso a parte sería la utilización de tetraciclina como antimicrobiano, que actualmente está totalmente prohibido, pues puede tener efectos adversos en embarazadas, afectando al feto.
En resumen, creo que es un tema que está bastante controlado y que si alguien realmente tiene miedo, que averigüe a qué componente pertenece la abreviatura de la etiqueta y utilizando la tabla que he dejado aquí arriba, y a través de la base de datos del link, compruebe su seguridad. Haciendo click en el nombre de la sustancia se puede acceder también a una breve descripción y opinión del SCOGS. Así, la decisión de ingerirlo o no queda en mano del consumidor.
La FDA exige que se incluya en el etiquetado del producto el listado con todos los ingredientes que lo componen. Podemos acceder a la base de datos del SCOGS, donde podemos ver un listado que incluye el nombre de la sustancia y la conclusión (1,2,3,4 o 5). Si por curiosidad accedemos al ácido cítrico podemos ver que se encuentra bajo la categoría 1...
Por tanto... ¿por qué tener miedo? También existen conservantes naturales en la gran mayoría de alimentos, como es el ácido cítrico en la fruta. Así, si el E-330 que viene en los polos es ácido cítrico... ¿el ácido cítrico es cancerígeno? Creo que la respuesta es bastante obvia.
Caso a parte sería la utilización de tetraciclina como antimicrobiano, que actualmente está totalmente prohibido, pues puede tener efectos adversos en embarazadas, afectando al feto.
En resumen, creo que es un tema que está bastante controlado y que si alguien realmente tiene miedo, que averigüe a qué componente pertenece la abreviatura de la etiqueta y utilizando la tabla que he dejado aquí arriba, y a través de la base de datos del link, compruebe su seguridad. Haciendo click en el nombre de la sustancia se puede acceder también a una breve descripción y opinión del SCOGS. Así, la decisión de ingerirlo o no queda en mano del consumidor.